Yousufzai Malala ha estado al borde de la muerte, pero una vez más ha demostrado sus ganas de luchar. Un hombre armado entró en su colegio y le pegó un tiro en la cabeza. Otra compañera suya también resultó herida.

Con muchas dificultades, los médicos consiguieron extraerle la bala de la cabeza y dar un respiro a su vida. Ahora permenece estable tras la intervención. En su escuela echan de menos a su heroína y rezan por ella. En un documental realizado antes del accidente, confiesa que las pesadillas le persiguen. "A veces pienso en esconderme en el baño y llamar a la policía", asegura la niña.

Uno de sus mayores miedos se ha hecho realidad

Los talibanes han reivindicado el ataque y han jurado que no pararán hasta acabar con ella. No les gusta que difienda el derecho de las niñas a estudiar libremente y mucho menos, a través de su blog, abierto al mundo entero. Donde escribía cosas como: "vamos al colegio en ropa de calle para que el uniforme no nos delate. Escondíamos los libros bajo el chal...".

Con sólo catorce años, es una líder nata que cuenta con lo más importante, el apoyo incondicional de su familia. Su voz no se oirá durante una temporada en las aulas de su colegio, pero todo apunta a que una bala no es suficiente para que abandone su lucha.

Por otra parte, la Unión Europea (UE) ha pedido la protección para la niña activista, y aseguran de que se trata de "una agresión vil" y que supone "un ataque contra los derechos humanos". Y han pedido que se hagan todos los esfuerzos necesarios para garantizar la seguridad de Malala y de su familia, que también se encuentra en el punto de mira de los talibanes por animar a la niña a seguir asistiendo a la escuela, a pesar de la prohibición de los integristas contra la educación de las niñas.

Lo mismo opina el jefe del Ejército paquistaní sobre el asunto. El general Ashfaq Kayani, asegura que "Los cobardes que atacaron a Malala y a sus compañeras estudiantes han demostrado una y otra vez el poco respeto que tienen por la vida humana y lo bajo que pueden llegar a caer en su cruel ambición por imponer su retorcida ideología".

La niña adquirió relevancia internacional hace tres años, cuando se conoció su identidad después de explicar bajo pseudónimo en un blog el régimen de terror impuesto por los talibanes en su región natal del Valle de Swat, en el extremo norte de Pakistán.