Francia ha acogido la primera huelga contra la reforma laboral de Macron. La marcha ha terminado con enfrentamientos, mobiliario urbano quemado y con el lanzamiento de cócteles molotov contra la Policía, que ha respondido con cargas y cuatro detenidos.

Los franceses plantan cara a la flexibilización del mercado y a la facilitación del despido que aprobará el Gobierno. Emmanuel Macron se encargó de caldear la previa llamando a los opositores a su reforma vagos, cínicos y neuróticos.

60.000 personas, según los organizadores, y 24.000, según la Policía, han clamado en la calles de la capital en la primera jornada de protesta de las 180 previstas para este mes de septiembre. No obstante, Macron no está dispuesto a mover ni una coma de su reforma laboral.