La organización Amnistía Internacional (AI) advirtió al Senado de Argentina de que "el mundo está mirando" el debate sobre la legalización del aborto en ese país. En Argentina sólo es legal acceder al aborto si la vida o la salud de la embarazada corre peligro o si el embarazo se debe a una violación.

Pero en la práctica se niega este servicio de salud a muchas embarazadas, que se ven obligadas a buscar alternativas peligrosas. En los últimos 30 años esta ha sido la principal causa de muerte materna en el país y este es precisamente el primero de los elementos que llaman la atención de la campaña de AI, publicada en la contraportada de la edición internacional de 'The New York Times'.

En ella, aparece una percha acompañada de la plabra "Adiós". La percha es un método que aún se usa en lugares donde el aborto es clandestino y que consiste en intentar romper el saco amniótico en el útero con un objeto punzante. Sin embargo, esta peligrosa práctica puede provocar sepsis o lesión en los órganos internos, que en numerosos casos se traduce en la muerte.

"Las complicaciones derivadas del aborto inseguro están entre las principales causas de mortalidad materna en Argentina. Penalizar el aborto no evita su práctica, sólo lo convierte en inseguro y peligroso", manifestó AI.

El otro elemento que destaca en la contraportada es el fondo verde sobre el que está plasmado el mensaje "adiós percha". La elección de este color hace referencia a los ya emblemáticos pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que desde hace 13 años impulsa este proyecto frente al celeste que caracteriza al autodenominado movimiento "pro vida", que es contrario a la legalización del aborto.

"Queremos enviar a los senadores y senadoras de Argentina el mensaje de que el mundo está mirando para ver si hacen lo correcto por las mujeres y ponen fin al grave sufrimiento causado por la penalización del aborto", declaró Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

"Los miembros del Senado tienen la oportunidad de poner fin a una legislación que castiga a las mujeres por sus decisiones en materia reproductiva y las condena al sufrimiento. Podría significar el principio de una sociedad más humana y compasiva que reconozca los derechos humanos de las embarazadas", añadió.