Las reacciones que ha suscitado muestran con claridad la ruptura completa entre los poderes públicos, y de algunos de estos con buena parte de la sociedad en Venezuela.

El referendo, que pregunta también a los venezolanos si quieren la convocatoria de elecciones y piden a los militares que defiendan la Constitución vigente, ha sido denunciado ante el Tribunal Supremo por el diputado oficialista Pedro Carreño, que pide que sea declarado nulo y lo tacha de "plan golpista".

Pero poco importa a quienes apoyan la consulta lo que diga el Supremo, un tribunal acusado de servir al Gobierno de Maduro cuya legitimidad no reconocen ni el Parlamento ni la fiscal general, Luisa Ortega, que también se ha rebelado contra un Gobierno al que recrimina convertir al país en un "estado policial" y practicar "terrorismo de Estado".

Pese a que ha dejado clara la magnitud de la afrenta al Estado y a la Revolución bolivariana que el referendo supone, Maduro no ha adelantado hasta ahora represalias para quienes vayan este domingo a las urnas, como sí prometió actuar contra los que boicoteen el 30 de julio la elección de la Asamblea Nacional Constituyente que ha puesto en marcha.

Maduro llama a participar en la consulta

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha emplazado a la población venezolana a participar tanto en el ensayo de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente como en la "consulta interna" convocada por la oposición precisamente para expresar su rechazo a la iniciativa constituyente.

"Yo llamo a todos los venezolanos a que participen en los eventos políticos que están convocados pacíficamente, con respecto a las ideas del otro, sin ningún incidente. Paz es lo que pido, paz es lo que quiero y paz es lo que vamos a tener", ha afirmado.