El presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pronunciado su discurso de despedida de la Casa Blanca, a diez días de abandonar la Presidencia de Estados Unidos que asumirá, el próximo 20 de enero, el republicano Donald Trump, vencedor de las elecciones del pasado 8 de noviembre.

Obama se ha despedido agradeciendo a Estados Unidos y a todos los estadounidenses de los que ha "aprendido cada día" y gracias a los cuales ha logrado convertirse en un "mejor presidente". "Y me hacéis una mejor persona", ha iniciado.

El presidente ha señalado que el "cambio sólo ocurre cuando la gente común se involucra y camina junta para exigir ese cambio", subrayando después que precisamente gracias a las medidas adoptadas durante estos últimos ocho años en los que el demócrata ha liderado la Casa Blanca "Estados Unidos es un lugar mejor y más fuerte" que al inicio de su mandato.

No obstante, ha recordado que depende de "todos" los estadounidenses asegurarse de que el Gobierno pueda hacer frente a los "muchos desafíos" a los que Washington aún se enfrenta.

"Si no invertimos en inmigrantes, perjudicamos a nuestros hijos"

En su discurso y de cara a la nueva legislatura, dirigida por un republicano al que se le ha acusado, principalmente en campaña, de una retórica extensamente divisiva, Obama ha recordado que la cuestión de la raza "sigue siendo una de las fuerzas más potentes y, a menudo divisiva" en la sociedad estadounidense, si bien ha señalado que las relaciones interraciales en Estados Unidos son "mejores que hace 10, 20 ó 30 años, independientemente de lo que diga la gente".

Así, ha advertido del problema de discriminar a la inmigración estadounidense, en otra clara referencia a la política que se espera del próximo presidente. "Si no estamos dispuestos a invertir en los hijos de los inmigrantes, disminuimos las perspectivas de nuestros propios hijos", ha alertado.

"Para demasiados de entre nosotros es más seguro quedarnos en nuestras burbujas, rodeados de gente parecida a nosotros mismos", ha señalado. En este sentido, ha indicado que en el futuro hay que defender las leyes "contra la discriminación" en todos los sectores, desde la contratación al sistema de Justicia, pasando por la educación y la vivienda.

Uno de los desafíos a los que ha tenido que enfrentarse Obama durante su paso por la Casa Blanca ha sido a la creciente amenaza de Daesh, que desde 2014 se hizo con el control de vastos territorios en Irak y Siria y que, además, ha perpetrado numerosos ataques en países occidentales, entre ellos Estados Unidos.

En este contexto, Obama ha indicado que la coalición global contra el grupo terrorista, liderada por Washington, ha "eliminado a sus líderes y les ha obligado a retirarse de la mitad de su territorio" y ha agradecido a todos los soldados del Ejército estadounidense. "Ha sido el honor de mi vida ser vuestro comandante en jefe", ha añadido.

Sin embargo, ha defendido que para defender el modo de vida estadounidense hace falta algo más que un Ejército, ya que la "democracia puede desplomarse cuando se cede ante el miedo".

El presidente saliente también ha dedicado unas emotivas palabras a su esposa, Michelle Obama, y a sus hijas, Malia y Sasha. "Michelle, durante los últimos 25 años has sido no sólo mi esposa y madre de mis hijas, sino mi mejor amiga", ha afirmado, antes de subrayar el papel que la primera dama ha tenido en las nuevas generaciones, "que apuntan más alto" porque, ha señalado, la tienen a ella de "modelo a seguir".

Subrayando el "honor" que ha significado para Obama servir a los estadounidenses, ha cerrado su discurso comprometiéndose a seguir "ahí", al lado de los ciudadanos "como uno más durante los días restantes". "Os pido que creáis", ha añadido. "'Yes, we can'", ha afirmado, en referencia a su famoso lema de campaña --'Sí, podemos'--. "Sí, pudimos", ha concluido.