A cada réplica del terremoto, y ya van cerca de 1.000, aumenta el temor de los supervivientes. Sobre todo cuando la sacudida ha sido de 4,8 de magnitud, un temblor ha durado más de un minuto y ha provocado nuevos derrumbes. El puente por el que llegaba la ayuda está cerrado, inservible.

Ante el pavor de quedar sepultados, 2.100 personas han optado por pasar la noche en refugios habilitados: "Estamos sufriendo réplicas que nos afectan psicológicamente" dice Ana Maria Ciuccarelli, residente de Arquata. "Tengo 76 años, no sé qué voy a hacer, no lo sé..." cuenta Umberto Palaferri.

Mientras, 6.000 efectivos trabajan febrilmente en busca de los desaparecidos: "Hoy es el último día para encontrar personas con vida atrapadas en los escombros" explica Luego D'Anhelo, jefe de Relaciones Internacionales.

Los hay quienes se acuestan con la esperanza: "Es la casa de mi madre, están excavando para buscarla" explica Roberto Scagnoli. Con cientos de víctimas mortales, los equipos de rescate se afanan en conocer la identidad de las víctimas. "Hemos empezado a enviar a las morgues los restos de los fallecidos" asegura Fabio Fulvio, voluntario de rescate.

Andretta lleva días intentando localizar a su tía: "Ha sido terrible porque las fotos de los cadáveres dan mucho miedo. Todos deformados, hinchados, con sangre. Había niños... Era muy angustioso". El sábado el país entero velará por las víctimas. Se ha decretado día de luto nacional.