Parece que Donald Trump ha vuelto a ganar. En esta ocasión, a la NFL. Es lo que parece, al menos, tras la aprobación de un polémico decreto por el cual los jugadores de la NFL, la mayor liga de fútbol americano de Estados Unidos, no podrán arrodillarse o sentarse nunca más en el campo cuando esté sonando el himno nacional.

Esta medida refleja que, en caso de desobediencia, la propia organización podrá multar al equipo que tenga jugadores que "no muestren respeto" por el himno estadounidense. Este polémico decreto va a más: los jugadores sí podrán permanecer en el vestuario hasta que termine la canción.

No obstante, los clubes también podrán sancionar a sus jugadores, amés de otros miembros del equipo, si se niegan a estar presentes cuando suene el himnno. La polémica decisión ha sido aprobada tras el voto unánime de los 32 propietarios de la NFL. Da la casualidad de que la puesta en marcha de este decreto se ha dado tras las múltiples críticas del presidente Donald Trump, uno de los principales detractores de este movimiento.

Este gesto de los deportistas, repetido en numerosas ocasiones en las últimas temporadas, servía como ejercicio de protesta contra la discriminación racial. Fue la protesta de Colin Kaepernick, que con su rodilla postrada en el terreno de juego mientras sonaba el himno mostraba su rechazo contra la brutalidad y el racismo de la policía en 2016, la que inició la oleada de solidaridad e indignación entre el resto de jugadores.