Recordar aquella mañana no es fácil para Kaitlin aunque esta profesora nunca olvidará lo que les dijo a sus 15 alumnos pequeños, tras esconderles en el baño y apagar la luz: "Les dije que estuvieran completamente en silencio. Que el hombre malo estaba ahí fuera y que teníamos que esperar a que llegaran los buenos".

Se salvaron porque el asesino no llamó a su puerta como sí hizo en la del aula de otra compañera, Victoria Soto, que no dudó en arrojarse contra él para proteger a unos niños que aún no saben que ha muerto. Su madre dice que ella era así que anteponía siempre a los demás.

Las familias de estas heroínas tienen en común la entereza con la que aforntan la tragedia, también el marido y las hijas de la directora del colegio, Dawn Hoschprung. Ella se lanzó directamente contra Adam Lanza para detenerle. Rodeado por sus hijas, su marido confiesa que no soporta su ausencia.

La lista de heroínas se completa con Mary Sherlach, la psicóloga del colegio, que se interpuso entre el agresor y los niños al igual que Lauren Rousseau, que llevaba poco más de un mes haciendo su primera sustitución.

Una vigilia improvisada ha querido rendir homenaje a las cuatro. Una de sus compañeraslas recordaba, les hubiera encantado abrazarse a unos perros que que han paseado por el pueblo para ayudar, a modo de terapia convertidos en un curioso equipo de psicólogos.