Tess Asplund, una joven negra de 42 años, no lo dudó. Durante una manifestación neonazi por las calles de Börlange, en Suecia, plantó cara a un grupo de 300 cabezas rapadas que desfilaban por la ciudad. Con el puño derecho en alto, en un gesto homenaje a Nelson Mandela, se paró ante ellos totalmente indignada.

"Fue un impulso. Estaba tan cabreada que simplemente salí a la calle y pensé, ni de broma, no pueden marchar por aquí, ningún nazi va a marchar por aquí, no está bien", ha asegurado a The Guardian.

Fotógrafos y cámaras que cubrían la marcha del Movimiento Nórdico de Resistencia, de orientación neonazi, captaron una estampa que ya está dando la vuelta al mundo.