"En este sombrío mes de enero, los conflictos y la violencia en Oriente Medio y el norte de África han afectado de nuevo a los niños de forma devastadora. Fueron asesinados en conflictos, en ataques suicidas o murieron congelados cuando huían de zonas de guerra", indicó el representante de Unicef en la región, Geert Cappelaere, en un comunicado.

Añadió que "esos niños pagaron el precio más alto por guerras de las que no son en absoluto responsables. Sus vidas han sido segadas antes de tiempo y sus familias rotas". Según Unicef, 59 menores murieron en Siria en las últimas cuatro semanas, mientras en el Yemen los niños fallecidos fueron 16. En la ciudad de Bengasi, en el noreste de Libia, tres menores fallecieron en un ataque terrorista suicida y otros tres perdieron la vida al explotar un artefacto cuando jugaban.

En Irak, en el casco antiguo de la ciudad septentrional de Mosul, un niño pereció por el estallido de una bomba en una vivienda, mientras en la ciudad palestina de Ramalá un adolescente murió por disparos, agregó Unicef.

Además, cuatro niños murieron congelados cuando intentaban entrar al Líbano desde la vecina Siria, huyendo del conflicto en ese país, y otros muchos fueron hospitalizados a causa del frío. Cappelaere aseguró que millones de niños en el norte de África y Oriente Medio "están traumatizados, son arrestados, detenidos, explotados, no pueden ir a la escuela ni obtener los servicios sanitarios más básicos y ni siquiera tienen derecho a jugar". Ante esta situación, el representante regional de Unicef recordó que "proteger a los niños es primordial bajo cualquier circunstancia", incluida la guerra.