Los hospitales, faltos de medicamentos y sangre, están totalmente desbordados mientras intentan salvar la vida de los heridos por el ataque contra el hotel Safari y un concurrido mercado de la ciudad, que con este último balance provisional de decesos se coloca como el peor que ha sufrido el país en su historia.

Algunos países, como Turquía o Kenia, han ofrecido ayuda médica para atender a los heridos del mayor atentado terrorista ocurrido en Somalia, supuestamente perpetrado por el grupo yihadista Al Shabab.

"Todavía hay una operación de ayuda nacional en curso", señaló el Ministerio en un comunicado, en el que advierte que el número de fallecidos podría aumentar en las próximas horas.

"Casi todas las víctimas heridas tienen serias heridas, el horror es indescriptible", narra una enfermera del Hospital Medina en la emisora Shabelle.

La primera explosión se produjo junto al hotel Safari, situado en la conocida como intersección K5, una de las zonas más populares de la capital y sede de oficinas gubernamentales, hoteles y restaurantes.

El segundo ataque, con idéntico 'modus operandi', se llevó al cabo al lado de un concurrido mercado situado junto a la antigua sede de la aerolínea nacional Somalia Airlines en el distrito de Wadajir.

Según analistas locales, los problemas internos del Gobierno y sus distanciamiento con la cúpula del Ejército han permitido a Al Shabab recuperar su capacidad de atentar a gran escala.

Según los medios locales, la gran mayoría de los fallecidos en el ataque, del que Al Shabab aún no ha reclamado la autoría, eran civiles, principalmente vendedores ambulantes que comerciaban en la que era una de las calles más transitadas de la ciudad.

Al Shabab, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia.