Lo han bautizado como el viernes de la ira y las calles en Jerusalén, Ramallah y Belén comienzan a ser una pequeña muestra de esa tensión.Son muchos los palestinos que han puesto los ojos y la intención en el día de hoy para marcar su devenir. "La gente está muy furiosa y supongo que va a haber muchos heridos y muchos muertos", señala Kayet, residente en Gaza.

En Jerusalén, tras el rezo, las protestas han acabado con enfrentamientos con la policía israelí cerca de la explanada al grito de Jerusalén también es nuestra capital. Allí se ha desplegado un gran número de agentes temiendo que el día deje graves disturbios.

En Belén la calle la barre una cortina de humo constante con lanzamientos de piedras de un lado contestado con bolas de goma y gases de otro.En Ramallah el humo es negro de las barricadas de neumáticos en sus calles.

En las calles hay ganas de mostrar la oposición a esa decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.Comienzan así los disturbios tras la llamada de Hamás a la tercera intifada.