Los refugiados huidos de Birmania, entre 10.000 y 15.000 según ACNUR, se encuentran en una zona de arrozales esperando ser sometidos a controles por parte de las autoridades bengalíes antes de ser transferidos a los principales campamentos que se han levantado para acogerlos.

Alrededor de un 60% de los refugiados rohinyás son niños, según datos de Unicef, que advirtió que, de no recibir en breve nuevas contribuciones para atender esta emergencia, se verá obligada a recortar la ayuda que les aporta.