Decenas de miles de
personas participaban en el tradicional desfile por la calle Istiklal de
Estambul, pero en la concentración de este domingo había apenas unos cientos de
personas concentradas en una de las calles del barrio de Beyoglu ondeando
banderas arcoíris y coreando consignas.
La Policía ha
intervenido para dispersar a los asistentes tras la concentración y se han
podido ver varios grupos pequeños en las calles del barrio. Los manifestantes
han denunciado que el gobernador de Estambul prohibió el desfile el viernes.
"Estamos aquí como cada año, en estas calles. Nuestra risa, nuestras
exclamaciones y nuestras consignas se escuchan en estas calles", destacan
los convocantes en un comunicado.
"Echamos de menos
el desfile con miles de asistentes para celebrar nuestra visibilidad. Nos
reímos de quienes intentan ponernos límites con el orgullo de nuestra
existencia y la fuerza de nuestro orgullo", prosigue.
La homosexualidad no
está penalizada en Turquía y Estambul albergaba tradicionalmente unos desfiles
muy nutridos y coloridos, pero la homofobia aún es persistente y en los últimos
años se han producido disturbios entre policías y manifestantes. Este año no
hay noticias de incidentes, aunque los agentes han cortado las calles cercanas
y han intentado confinar a los participantes.
Los activistas denuncian
un retroceso de las libertades civiles, incluidas las del colectivo LGTBI tras
el fallido golpe de Estado de julio de 2016 contra el ahora presidente Recep
Tayyip Erdogan. Desde entonces se ha declarado el estado de emergencia y se ha
purgado la administración pública. Así se han vetado los desfiles del orgullo
gay en Estambul y Ankara y se ha prohibido la exhibición de películas de
temática LGTBI alegando motivos de seguridad.