Hungría se blinda ante el referéndum. En las últimas semanas han incrementado aún más si cabe si cabe el control de fronteras. El Gobierno no quiere que entren más refugiados al país y busca que la población rechace en las urnas la cuotas de asilo impuestas por la Unión Europea.

"Las políticas de Bruselas son una amenaza a la civilización", ha declarado el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Un discurso xenófobo que impregna también sus carteles de campaña. Encabezados con la frase '¿Sabías qué?' culpan a los refugiados de agredir a las mujeres o dicen los terroristas de París eran inmigrantes.

Una mentira porque todos habían nacido en Europa, pero el argumentario cala bien en una población contraria a la llegada de refugiados. "Nunca serán húngaros, no van a trabajar ni a aprender el idioma. Sólo traerán problemas", asegura una ciudadana húngara.

"El apoyo al partido de Orban aumenta cuando el debate político se centra en la inmigración, y el referéndum es la mejor manera de conseguirlo", explica Csaba Toth, analista del 'Republikon Institute' de Hungría.

Toda la oposición, salvo la extrema derecha, rechaza la consulta. Los partidos de izquierdas piden que no se vaya a votar para deslegitimar el referéndum. Pero quien lidera la campaña contra el Gobierno es un partido satírico.

Copiando la fórmula de 'Sabías que?' recuerdan que hay guerra en Siria o que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.