El naufragio de 480 personas en el Mediterráneo se pudo evitar; a las 12:39 horas se producía la primera llamada de socorro porque ya estaba entrando agua en el barco:

  • Hay cerca de 100 niños. Por favor, dense prisa. Se lo juro, estamos en una verdadera emergencia. Por favor, soy médico. Por favor.
  • ¿Cuál es el problema a bordo?
  • La barca se está hundiendo. Se lo juro, hay cerca de medio metro de agua en el barco

Habla un médico sirio, que tras 40 minutos vuelve a llamar:

  • ¿Han mandado a alguien a por nosotros? Somos sirios, unos 300.
  • Señor, le he dado el número de la autoridad de Malta porque están más cerca de Malta.

No era cierto, el barco estaba a 112 km de la isla italiana de Lampedusa y a 218 km de Malta:

  • He llamado a Malta. Nos han dicho que estamos cerca de Lampedusa, más que de Malta. Estamos muriendo, por favor.
  • ¿Ha llamado a Malta?
  • No nos abandonen. El saldo (del móvil) se ha acabado. Estamos sin saldo, ¿me entiende?
  • Sí, sí. Llame a Malta, llame a Malta.

Cientos de personas están a punto de morir y la respuesta sigue siendo que llame a Malta. Murieron 60 niños y más de 200 adultos. La indiferencia y la ineficiencia evitaron que se salvaran.