El corresponsal Ángel Fueyo explica una de las primeras medidas que ya se han tomado desde las ONG para ayudar a los refugiados ante el frío polar que afronta Europa.

Esta da prioridad a los menores, quienes han comenzado a ser trasladados en un autobús a una población del extrarradio. Allí son alojados en barricadas militares adaptadas.

Han dicho basta a vivir en las naves abandonadas que se ven obligados a ocupar para intentar resguardarse de las bajas temperaturas. Separan con cartones las mantas para notar menos el frío. Y aún así no duermen más de cinco o seis horas.