Gritos frente a la Torre Trump para mostrar la indignación por su tibia postura respecto a los grupos extremistas y su condena 48 horas después de la violencia en Charlottesville, forzado por la Casa Blanca y los republicanos.

"El racismo es malo, y los que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, neonazis, supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes", expresó.

En Carolina del Norte se ha visto incluso cómo han tirado una estatua confederada. Lejos de calmar los ánimos, Trump ha vuelto a atacar a los medios como instigadores de sus problemas.

Por si esto fuera poco, en un país crispado por la reactivación de la violencia racial, el líder del movimiento nacionalista blanco Alt-Right, conocido por su discurso racista y neonazi, ha asegurado que volverá a Charlotteville, escenario de la marcha de ultraderecha que terminó con una mujer muerta y decenas de heridos.

La vaga posición de Trump con los extremistas le ha pasado factura entre su administración. Tres asesores económicos CEOS de grandes compañías han dimitido.