Ha sido el más destructivo de los últimos años. Nepal fue sacudido por un terremoto de 7.8 grados a 15 km de profundidad. Más de 7000 personas perdieron la vida y los heridos y las pérdidas materiales fueron innumerables.

Para tanta destrucción se juntaron muchos factores. Duró mucho, un minuto, fue de magnitud muy alta y sobre edificaciones débiles con gran densidad de población. "Cuanto más superficial sea, más devastador será el terremoto", afirma Carlos González, sismólogo de la Red Sísmica Nacional.

En España, el 11 de mayo de 2011 Lorca tembló, a tan solo un kilómetro de profundidad, extremadamente superficial. Esto provocó que, a pesar de la magnitud de poco más de 5 grados, el 80% de las casa se vieran gravemente afectadas.

Nueve personas murieron y 324 resultaron heridas. La duración en este caso también influyó, ya que la tierra tembló durante unos 10 segundos. Es importante diferenciar entre magnitud e intensidad, esta última se mide según la destrucción y la percepción del temblor entre la población.

Desde los que ni se sienten hasta los que resultan dañinos, como fue el caso de Lorca, de intensidad 7 o el de Nepal que alcanzó una intensidad de grado 9, calificado como terremoto destructor. La mayor intensidad se sitúa en el 12, completamente devasatador.

Según los sismólogos, el de Amatrice parece que podría alcanzar el mismo nivel de intensidad que el de Nepal. La cifra de muertos ya alcanza las 250 víctimas. El tipo de suelo y de edificación también han influido. La sacudida de Amatrice recuerda mucho a la de L’Aquila hace 7 años, con una magnitud de 6.3, pero a menos profundidad que en Amatrice, 300 personas murieron y 50.000 perdieron su casa.