Korryn Gaines, de 23 años, ha sido abatida a tiros por los
policías en su apartamento en Randallstown después de casi seis horas, mientras
que su hijo ha recibido un disparo en el brazo durante el enfrentamiento y se
encuentra hospitalizado en buen estado de salud.
Tras varios intentos fallidos de arrestar a Gaines, la mujer
ha apuntado con un arma a los agentes y ha amenazado con matarlos, tras lo cual
uno de los policías ha abierto fuego contra ella, que ha respondido con dos
disparos antes de que la policía le disparara otras tres veces y le causara la
muerte.
En el cruce de disparos, el hijo de Gaines ha resultado
herido, aunque todavía se ha esclarecido si por las balas de los agentes o de
la propia mujer, y tampoco se conoce en que lugar del apartamento se encontraba
el menor en el momento del enfrentamiento.
Los agentes se presentaron en el apartamento de Gaines para
detenerla por no haberse presentado en los tribunales para solventar una violación
de las normas de tráfico.
Tras no recibir respuesta, la policía ha obtenido una llave
del apartamento, que estaba protegida por una cadena, y ha encontrado a la
mujer apuntándoles con una pistola.
Los agentes han contactado entonces con equipos de respuesta
a una crisis para tratar de negociar con Gaines, que ha grabado vídeos durante
el enfrentamiento y los ha colgado en las redes sociales.
El otro residente, Courtney, de 39 años, ha abandonado el
apartamento con una menor poco después de comenzar el enfrentamiento y ha sido
arrestado, aunque ya ha quedado en libertad. Las autoridades querían detener a
Gaines por haber conducido sin matrícula en su vehículo, en el que en su lugar
llevaba una señal de cartón con una inscripción en la que alertaba a la policía
de que no se metiera con su derecho a viajar y a ser libre.
Gaines fue acusada de conducta negligente y resistencia a las autoridades, después de comunicar a los agentes que tendrían que "asesinarla" antes de que ella saliera voluntariamente del vehículo.
Pese a la respuesta agresiva de Gaines, su muerte ha generado conmoción entre
algunos activistas que denuncian la brutalidad policial contra las minorías,
especialmente en el movimiento "Say Her Name", que defiende que las
mujeres afroamericanas fallecidas a causa de una acción policial reciben menos
atención que los hombres en la misma situación. Gaines es la novena mujer negra
muerta a tiros por la policía este año en Estados Unidos, según una base de
datos creada por el diario "The Washington Post".