Vuelve a abrirse el debate sobre las armas en Estados Unidos. Los demócratas proponen que quienes están siendo investigados como sospechosos de terrorismo por el FBI no puedan comprar armas.

"Si no puedes coger un avión porque estás siendo investigado no deberías poder entrar en una armería y salir con un rifle de asalto", considera Xavier Becerra, congresista demócrata por California.

No obstante, los republicanos alegan que hay gente que es incluida en esa lista de sospechosos por error y que no debe ver vulnerado su derecho constitucional a portar armas. Proponen que, si un sospechoso de terrorismo quiere comprar un arma, haya un plazo de 72 horas para un juez quien vete esa compra.

Por su parte, Donald Trump alega que la masacre de Orlando podría haberse evitado si las víctimas hubieran tenido armas. "Si hubiera habido balas yendo en la dirección contraria. Si le hubieran dado entre los ojos a ese maníaco, habría sido muy bonito de ver", afirma el candidato republicano.

Comprar armas en Estados Unidos es muy sencillo. Las venden en armerías o tiendas especializadas; también, en grandes superficies. En cualquiera de estos establecimientos deben comprobar los antecedentes del comprador. Pero hay vacíos legales que permiten saltarse este filtro. "En muchos Estados, si el vendedor es un particular no está obligado a comprobar los antecedentes del comprador", señala Kristin Gross, autora del libro 'Armas: el gran debate'.

Los demócratas quieren cerrar este agujero legal, pero tampoco en esto tienen apoyo de los republicanos. Una brecha partidista insalvable en año electoral que amenaza con dar al traste con todas las proupuestas que próximamente votará el Senado.