Luz verde del Gobierno indio a la pena de muerte para violadores de menores de 12 años. La decisión del Ejecutivo se produce tras una ola de protestas por el secuestro, la tortura, la violación múltiple y el asesinato de una niña de ocho años.

La menor murió en enero, pero los escabrosos detalles del crimen se hicieron públicos la semana pasada. Ocho personas están detenidas, incluidos cuatro miembros de las fuerzas de seguridad. La víctima era musulmana, todos los supuestos agresores, hindúes. Se les acusa también de violencia religiosa.

La medida del Gobierno pretende luchar contra una lacra social que no deja de sacudir India. En 2012 se endureció la ley. Sin embargo, no hay indicios de mejora en los espeluznantes índices oficiales. En 2016 se produjeron casi 40.000 violaciones en el país, 20.000 de ellas a menores.

Algunos familiares de víctimas saludan el nuevo reglamento pero se quejan de que se queda corto: "¿Qué pasa con las niñas mayores de 12 años? No hay crimen más horrible que la violación. Creo que todos los violadores merecen ser ahorcados" relata Asha Devi, madre de una niña víctima de una violación múltiple en 2012.

De nada sirve, denuncian diferentes organizaciones internacionales y ciudadanos locales, si no se cumple la legislación ya existente: "No creo que la pena de muerte sea la respuesta. Ya tenemos leyes muy duras en este país, lo que hay que hacer es condenar realmente al criminal". Y es que en India, todavía quedan pendientes de resolución judicial más de 100.000 casos relacionados con la violencia sexual.