Nunca antes un presidente de Estados Unidos había usado tanto las redes sociales. "Tuitear es una forma moderna de comunicación", aseguraba Trump. Podría parecer que tuitea lo primero que le pasa por la cabeza, pero según los expertos, detrás hay una calculada estrategia de distracción.

"La manera más sencilla para entender si le funciona o no es buscar sobre Trump y ver qué resultados aparecen. No aparece nada de sus políticas sociales, ni de su política internacional. Aparecen sus estridencias, si alguien le ha dado la mano o no, si él ha dicho algo", explica Borja González de Mendoza, cofundador de Séntesis.

Y en eso Trump ha dado con la clave del éxito. "¿Cómo funcionan las redes sociales? Con enfrentamiento. Trump ha criticado siempre a una persona para buscar el enfrentamiento y provocar una actividad. Mientras esa actividad se produzca, se dejará de producir alrededor de otras cosas", recuerda Borja González.

Lo hemos visto muchas veces, por ejemplo, en mitad del escándalo sobre sus vínculos con Rusia, atacó a dos periodistas de la NBC o en pleno debate sobre la reforma sanitaria colgó un vídeo en el que golpeaba el logo de la CNN.

Él argumenta que usa twitter para defenderse de los ataques de los medios: "Pensé que tuitearía menos, pero la cobertura de la prensa es deshonesta".

Pero en realidad los medios hacen de altavoz para su mensaje. "Muchas veces lo que hace es tuitear a primera hora y lo que provoca es que los noticieros de la mañana estén comentando su primer tuit y probablemente dejen de hablar de otras cosas que tenían planificado", dice Borja González. Mientras los medios sigan haciéndolo tendremos tuitero en jefe, para rato.