El presidente de Francia, François Hollande, subraya en una alusión velada a la polémica en su país sobre el uso del 'burkini' que la cohabitación implica que cada uno se ajuste a las reglas y no haya ni provocaciones ni estigmatizaciones, destaca que la vida en común supone no caer en ninguno de esos dos extremos.

"No solo somos europeos porque tenemos un mercado y una moneda, sino porque pensamos que con Europa somos más fuertes y controlamos nuestro destino, lo que implica reglas y su respeto", añade en un momento en el que hablaba de la cohabitación como "el desafío principal de la construcción europea".

La polémica en torno a ese bañador islámico que cubre totalmente el cuerpo de la mujer se desató en Francia a principios de mes, después de que la localidad de Cannes lo prohibiera en sus playas y su ejemplo fuera seguido en una treintena de municipios.

El Ejecutivo socialista francés ha descartado una legislación específica, pero han comenzado ya a surgir divergencias entre ministros a la hora de pronunciarse sobre los decretos municipales, en su inmensa mayoría obra de alcaldes conservadores.

Aunque el primer ministro, Manuel Valls, los respalda, la titular de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, considera que la interdicción del 'burkini' constituye "una deriva peligrosa para la cohesión nacional".