Más de 10.000 civiles perdieron la vida en Siria en 2017 como consecuencia de ataques e incidentes vinculados a la guerra en la que vive sumido el país árabe desde hace casi siete años, según un recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

El Observatorio, una organización con sede en Londres pero que dispone de fuentes sobre el terreno, ha podido confirmar, en concreto, el fallecimiento de 10.204 civiles, si bien ha admitido las dificultades que entraña elaborar un balance fiable y contrastar todas las denuncias, especialmente cuando se trata de acciones del régimen de Bashar al Assad o del grupo terrorista Estado Islámico.

Del total de fallecidos recogidos en el estudio, 2.298 de ellos han sido identificados como menores de edad, mientras que, por regiones, la zona que engloba Damasco y las localidades aledañas ha sido la que más víctimas registró durante el año pasado (2.019), según el recuento publicado por el Observatorio en su página web.

El informe atribuye al régimen de Al Assad 4.148 muertes, a las que habría que sumar también otras 211 civiles que fallecieron supuestamente como consecuencia de torturas. Las fuerzas rusas, que combaten del lado de Al Assad, han sido señaladas como responsables de 1.436 fallecimientos.

Por su parte, la coalición que lidera Estados Unidos mató a 1.759 civiles en los últimos 12 meses, mientras que los milicianos de Dáesh serían responsables de 1.421 muertes.