Acaban de salir del infierno, atrás dejan su pueblo, Amatrice, uno de los más devastados por el terremoto que ha sacudido Italia. Como muchos, un hombre ha salvado su vida de milagro. Estaba dentro y de repente se me cayó la casa encima, me he salvado gracias a dios”, explica Giancarlo, superviviente.

Se desplomó el techo sobre mi cabeza, tuve el tiempo justo para ponerme una almohada y así pude tener suerte”, explica María Gianni, otra de las supervivientes.

En un hospital, médicos y enfermeras corren para evacuar a los heridos que se agolpan en medio de la carretera, ahora mismo es el sitio más seguro para ellos. Poco ha quedado en pie en esta pequeña localidad del centro de Italia.

No sé qué decir, esto es una tragedia, recemos porque haya el menor número de víctimas posible y seamos capaces de salir adelante”, ha señalado un cura que ha sobrevivido al terremoto.

Desde la madrugada, servicios de emergencia y vecinos, con sus propias manos, luchan por desenterrar a las víctimas con vida. El esfuerzo merece la pena y llegan escenas angustiosas como la de una mujer atrapada. Cada rescate es un triunfo, una inyección de adrenalina y el ser humano demuestra que es capaz de cualquier cosa mientras haya una pizca de esperanza.