La guerra en Siria ha disparado los problemas mentales entre los niños, creando una creciente "crisis de salud mental", según un informe presentado por Save the Children.

La investigación de la ONG señala que las secuelas psicológicas que el conflicto está dejando en los menores aumentan a largo plazo el riesgo de suicidios, problemas cardíacos, diabetes, abuso de sustancias y depresión.

Como uno de los mayores problemas, Save the Children destaca el "estrés tóxico" que sufren muchos niños como consecuencia de los bombardeos y la violencia, que les hacen vivir en un continuo estado de miedo.

"Este es el resultado de seis años de guerra y es una tragedia que no puede continuar. Podemos acabar con el estrés tóxico que muchos niños están sufriendo deteniendo el bombardeo de áreas civiles", indicó la presidenta de Save the Children, Carolyn Miles.

Los daños psicológicos sufridos en la infancia se manifiestan de diferentes formas, desde niños que se orinan involuntariamente a otros que son incapaces de hablar, según el informe.

Además, se ha registrado un aumento del número de menores que se hacen daño a sí mismos o que intentan suicidarse, añade el documento, elaborado tras entrevistar a más de 450 niños, adolescentes y adultos sirios.

De los niños entrevistados, la mitad aseguran no sentirse seguros en la escuela o jugando en el exterior, y dos tercios han perdido a algún ser querido, han visto su casa bombardeada o han sufrido heridas.

Save the Children asegura que las "heridas invisibles" de la guerra pueden "dañar permanentemente a toda una generación de niños sirios y dificultar los esfuerzos para reconstruir Siria tras el conflicto".