Es la hora del voto, el momento de decidir entre Trump o Clinton. En una jornada que se presume tensa y larga, se teme que la escalada vista en campaña tenga sus ecos en algún centro electoral.

Precisamente Trump ha llamado a estar vigilantes en esos centros de votación ante posible fraudes. Algo que al votante demócrata no le gusta. "Siento que es una intimidación por su parte, y los que salen en su nombre no tienen derecho a intimidar".

En un pueblo de New Hampshire ya han votado todos, los 8 que son, y el resultado lejos de ser significativo sí es simbólico. Clinton se lleva cuatro, Trump logra dos, uno para un tercer candidato y otro voto, el del descontento, ha sido para el candidato republicano de 2012 Mitt Romney.

Esta jornada se arañaran votos hasta el último minuto, un trabajo del que se encargarán los voluntarios de ambos candidatos.

A los centros electorales no se puede llevar nada que pida el voto por alguno de los candidatos. Sin embargo, en las filas demócratas han promovido a ir a votar vestidos de blanco, color que Clinton ha hecho suyo durante la campaña.