¿Qué va a ser de
nosotros? Es la pregunta que se hace La familia de Érica, de origen mexicano. Llegaron en 2006 a EEUU de
la mano de dos de sus hijos y sin documentos. El miedo inunda su hogar desde la
victoria de Trump: "¿Qué va a pasar el día de mañana si a mi esposo lo
deportan? Yo no trabajo, tengo a mis hijos".
Su marido estuvo
involucrado en una pelea en un campo de fútbol y podría ser deportado
inminentemente. La que más les preocupa es Alma, de tres años, la única ciudadana
estadounidense de la familia y con la que comenzaron a construir ese deseado
sueño americano.
Los expertos y abogados
trabajan para tratar de mantener la calma. "Yo no pienso que la gente
indocumentada no debe tener pánico. Van a haber cambios y negociaciones",
señala Henry Posada, procurador de inmigración.
En la otra orilla,
también son optimistas y no creen que Trump cumpla su promesa electoral. De
hecho el presidente Peña Nieto le tiende la mano para reforzar la relación
entre ambos países. Pero ha sido la canciller mexicana la que le ha recordado a
Trump que ellos no pagarán el famoso muro. "Pagar por un muro está fuera de
nuestra misión", explica Claudia Ruíz, secretaria de Relaciones Exteriores de
México.