Provocar y entretener al público, ésa ha sido una de sus grandes bazas durante la campaña electoral. Es un hombre hecho por y para el espectáculo, con el que los presentadores de los late night se han frotado las manos ante tal material humorístico.

Dueño de certámenes de belleza y programas de televisión, el multimillonario se ha hecho a la perfección con los platós, un mundo que conoce y domina, con los que ha sabido llevar una vida de película.

Se ha metido en el bolsillo a millones de simpatizantes, vendiendo la idea de engrandecer, dice, de nuevo América. Ni sus controvertidas declaraciones y tratos ofensivos hacia las mujeres han podido arrinconarle para ser el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Aunque no lo parezca, el show sólo acaba de comenzar.