En mitad del día,
parejas mexicanas como veían como se les caía la casa encima llenándoles de
angustia. Se encomendaban a las
alturas y mientras en centros comerciales también todo se hacía añicos. "Ha
sido una sensación muy desagradable, no la había vivido nunca y da muchísimo
miedo, sobre todo porque se han empezado a romper ventanas, a caer cosas, se
mueve todo, las lámparas como péndulos…", explica Almudena Barragán, española
en México.
Edificios enteros se han
venido abajo. Impresionantes daños a vista de dron y desde los balcones, daban
cuenta de las apresuradas evacuaciones. "Nos hemos tirado al suelo en una zona
segura lejos de las cristaleras y ayudar a la gente que estaba en pánico",
señala Pilar Quintela, otra española en México.
Pasado lo peor,
emocionados abrazos entre quienes estaban sanos y salvos. Enseguida, los vecinos
han hecho piña con los servicios de emergencia y se han volcado en intentar
ayudar a quienes se han quedado sepultados.