Alejandro Martínez estuvo cara a cara con los terroristas de Londres. Trabaja en uno de los restaurantes en los que entraron dos de los yihadistas. Aún recuerda a uno de ellos: alto, muy delgado, y extremadamente violento.

"A la primera persona que pilló le lanzó un cuchillo de grandes dimensiones", relata Alejandro. Él pudo huir por la puerta de servicio a un patio trasero: "No me quedé parado. Seguí, salté encima de las oficinas del restaurante. Luego salté un muro...".

Estuvo una hora y media escondido entre contenedores. Dice que no llegó a temer por su vida, pero reconoce que pasó mucho miedo. Estuvo agazapado entre la basura hasta que la policía le rescató y le ordenó correr lejos de la zona del ataque, como al resto de víctimas.

"Una persona que venía corriendo conmigo me dijo si quería ir a su casa, que vivía al lado", cuenta Alejandro. Ahí fue cuando se dio cuenta de que se había herido en el tórax y la muñeca en su huida. Pudo ponerse en contacto con su familia para decirles que estaba bien. Ahora, ellos esperan darle todo su apoyo para que se recupere.

El Gobierno ya ha iniciado su repatriación por carretera, vía Francia. No puede volar por prescripción médica. Él asegura que está decidido a seguir con su vida y que en Septiembre volverá a vivir a Londres para continuar sus estudios.