Donald Trump parece haber cedido a la presión y ha anunciado que pondrá fin a la medida de separar a los niños migrantes de sus familias al entrar ilegalmente en Estados Unidos.

"Tenemos que ser muy fuertes en las fronteras, pero al mismo tiempo queremos mostrar mucha compasión y mantener a las familias juntas", ha declarado. Además, ha anunciado que lo hará por decreto.

Esto ha ocurrido después de la avalancha de protestas y tras oír los llantos y las voces de sus afectados, como una madre salvadoreña, que ha sido encarcelada. "Me dijeron que me despidiera de él porque se lo llevaban y el niño empezó a llorar diciendo que no le dejara, ha explicado.

La indignación ha llegado también a los políticos. Mientras, los demócratas increpaban a Trump y recibían a menores migrantes en el Capitolio, los republicanos preparaban una ley en contra una "medida inmoral", como la ha calificado el papa.

Los activistas, que pedían que no hubiera "ni veto, ni muro", han hecho que se le atragante la cena en un mexicano a la secretaria de Seguridad Nacional. La misma que dijo que, por mucho que sean menores, al entrar indocumentados "son criminales por definición".

Son historias tan duras, que hasta a alguna presentadora se le han saltado las lágrimas al dar la noticia.