En estos 21 días de mandato, Trump ha dejado claro que no se le da bien la separación de poderes: cargando contra los jueces, contra la prensa y ahora, usando su posición para arremeter contra unos grandes almacenes que han dejado de vender la moda de su hija Ivanka, como tantas otras marcas que no tienen buena salida, según el establecimiento.

Un nepotismo que expertos y asesores presidenciales reprueban. "No es necesariamente ilegal, pero sí un abuso de poder inapropiado", afirma Scott Amey, del Consejo General de Supervisión del Gobierno.

Para el Gabinete Trump, es todo parte de un boicot. "Es un ataque directo a las políticas de él y al nombre de ella. La están crucificando porque tienen un problema con las políticas del presidente", afirma Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca.

Las dificultades del Presidente para separar cargo y familia no han pasado desapercibidas, y son carne de sátira. Polémica mientras Ivanka sigue sonando para un alto cargo y, de hecho, ocupa un despacho extraoficial en la Casa Blanca.