Se trata del controvertido memorándum de los republicanos sobre la investigación de la trama rusa. Acusan al FBI y al departamento de Justicia de sesgar sus pesquisas para perjudicar a Trump.

Argumentan que el FBI ocultó información a los tribunales para conseguir permiso para espiar a Carter Page, un asesor de campaña de Trump cercano a Moscú porque para conseguir la orden judicial se utilizó información proporcionada por Christopher Steele, un exexpía británico que había recibido dinero de los demócratas y de la campaña de Hillary Clinton para investigar los vínculos de Trump con Rusia.

La publicación de un informe con información clasificada como este es extraordinaria, y más viniendo de un comité como el de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Su presidente, un republicano, asegura que ellos no se han coordinado con Trump.

Los demócratas no se lo creen, porque uno de los principales damnificados es Rod Rosenstein, número dos del departamento de Justicia, que es también el jefe de Robert Mueller, el responsable de la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones.

Si Rosenstein cae, su sucesor podría tanto despedir a Mueller como dar carpetazo a su investigación. Por eso la pregunta a Trump era obligada: ¿Significa eso que se plantea despedir a Rosenstein? "Eso dedúzcanlo ustedes", respondió Trump.

El informe se publica cuando el cerco se estrechaba sobre Trump. Mueller quiere interrogarle sobre la trama rusa. Ahora el presidente puede utilizar el informe para alegar que está siendo víctima de una caza de brujas.