Una foto del presunto terrorista de la masacre de Nochevieja en la discoteca Reina de Estambul tomada en el momento de su detención revela su identidad. Está ensangrentado y con la cara hinchada.

Se escondía en un piso de un complejo de lujo en la periferia de Estambul, la misma ciudad donde cometió su matanza. En los registros se han encontrado dos armas, tarjetas sim, dos drones y hasta 184.000 euros en efectivo.

Junto a él ha sido detenido otro hombre, de nacionalidad iraquí, y tres mujeres de distintos países africanos. En la vivienda estaba también su hijo de cuatro años. El sospechoso está siendo interrogado y ha reconocido que el hombre al que la Policía turca buscaba sin descanso era él.

"El terrorista ha admitido el crimen. Sus huellas dactilares coinciden con las tomadas en la investigación", explica Vasip Sahin, gobernador de Estambul.

Abdulkadir Masharipov tiene 33 años, es uzbeko y creen que fue entrenado en Afganistán y que llegó a Turquía en enero del año pasado. Es escurridizo y la prensa turca revela que a punto estuvieron en varias ocasiones de pillarlo, pero siempre lograba escapar, hasta ahora.

Tras revisar miles de horas de grabaciones de cámaras de seguridad, la Policía lo localizó hace tres días. Desde entonces, estaban vigilando la zona hasta que le dieron caza.