Giulia Rinaldo tenía nueve años cuando un terremoto le arrebató la vida, tal como hizo con 290 personas más. Ella protagonizó una de las historias más conmovedoras de la tragedia: dio la vida por su hermana menor, Giorgia, de cuatro años.

Durante el funeral de Estado que despidió a las víctimas del seísmo Andrea, uno de los bomberos que ha participado en las labores de rescate, dedicó un mensaje a la pequeña que usó su cuerpo como escudo en un gesto de amor fraternal.

"Hola pequeña, yo ayudé a sacarte de esa cárcel de escombros. Perdónanos por haber llegado tarde. lamentablemente, ya habías dejado de respirar, pero quiero que sepas, desde ahí arriba, que hicimos todo lo posible para sacarte de allí. Cuando regrese a mi casa, en L'Aquila, sabré que hay un ángel que me mira desde el cielo y de noche serás una estrella luminosa. Adiós, Giulia, aunque nunca me conociste, te quiero mucho."