Con banderas de Colombia y de diferentes movimientos políticos, globos blancos y pancartas, miles de colombianos se reunieron esta noche en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá y en ciudades del país para prender velas en memoria de los líderes sociales asesinados y rechazar estos crímenes.

A la "velatón", como la llamaron los organizadores, asistieron multitudes que mostraron su condena a la violencia contra los líderes sociales, que ha dejado, según la Fiscalía, 30 defensores asesinados este año y 178 desde 2016.

Sin embargo, el balance más preocupante es uno de la Defensoría del Pueblo, según el cual entre el 1 de enero de 2016 y el 30 de junio de 2018 fueron asesinados 311.

Siete de esos asesinatos fueron perpetrados solo esta semana en diferentes localidades del país, lo que encendió las alarmas de las autoridades y la sociedad.

La mayor concentración de esta noche tuvo lugar en la Plaza de Bolívar, centro del poder político nacional, adonde acudieron, junto a miles de ciudadanos anónimos, el enviado especial de la Unión Europea (UE) para la paz de Colombia, Eamon Gilmor, y la embajadora del bloque comunitario, Patricia Llombart.

Igualmente se pudo ver entre la multitud al líder del partido político FARC, Rodrigo Londoño, que firmó la paz con el Gobierno en noviembre de 2016, junto con otros miembros de la antigua guerrilla.

Lucía Sotomayor, una inspectora de derechos humanos que estudia casos de crímenes de lesa humanidad cometidos por la Policía y el Ejército, dijo que están asesinado a los líderes y "el Estado colombiano no hace absolutamente nada" para evitarlo.

"Estamos en completa vulneración de nuestros derechos como seres humanos", dijo Sotomayor, quien delante de un micrófono gritó: "por nuestros líderes sociales, no más, no más, no más", frase que fue replicada por los asistentes.

La investigadora agregó que la situación que enfrentan los líderes sociales en Colombia es "grave", lo que cree no es una sorpresa en una sociedad que no denuncia estos que llamó "crímenes de lesa humanidad".

Los manifestantes, algunos de los cuales llevaban siluetas que representaban a miembros del partido de izquierdas Unión Patriótica, que fue prácticamente exterminado en la década de los ochenta con el asesinato de unos 4.000 de sus militantes, clamaron al unísono el que se ha convertido en su grito de alerta: "Que la paz no nos cueste la vida".

"Créame que toda esta gente, todos estos líderes sociales que están allá asesinados le dijeron a la UNP (Unidad Nacional de Protección) y al presidente (Juan Manuel Santos), 'nos van a matar' y no les pusieron cuidado", relató Armando Vergara, quien dice luchar por los derechos laborales de los policías.

Según Vergara "en Colombia no se puede hablar y al que habla lo callan", porque, añadió, en el país "los líderes sociales recibimos la respuesta de que no tenemos derecho" y la Unidad Nacional de Protección se ha dedicado "a cuidar a otras personas".

También llegaron a la manifestación miembros de grupos indígenas, quienes recordaron que muchos de sus líderes fueron asesinados en el conflicto armado y lo siguen siendo hoy.

Este grupo se situó en el centro de la plaza, al lado de la estatua del Libertador Simón Bolívar, para encender una fogata mientras repetían el mantra "Agua mi sangre, aire mi aliento y fuego mi espíritu".

La manifestación con velas se replicó en ciudades como Medellín, Cali, Pereira o Cartagena de Indias, entre muchas otras, e incluso en algunas capitales del mundo como Berlín, París y Madrid, donde los colombianos sentaron una voz de protesta por la persecución que sufren los líderes sociales del país.