Tres perros de Nueva Zelanda se convierten en los primeros del mundo en conducir un coche. Monty, un schnauzer gigante y se convierte en un tipo serio al volante, no como su compañero Porter, que se pone un pelín nervioso con los giros.

En estas clases de conducir no hay ni trampa ni cartón. Para ir al comienzo de esta historia retrocedemos varios meses a una perrera de Nueva Zelanda en la que Monty, Porter y Gene, eran tres perros abandonados hasta que llegó un conocido entrenador de animales con un desafío, enseñarles a conducir para demostrar, una vez más, su inteligencia y pedir así la adopción de perros.