April Corcoran es el nombre de esta madre de Ohio, Estados Unidos, condenada a 51 años de prisión por permitir que su camello violara y sodomizara a su hija de once años a cambio de dosis de heroína.

El traficante grababa los abusos a la menor a modo de recuerdo y como prefería víctimas más jóvenes, April disfrazaba a su hija para dale una apariencia más infantil.

Además, la madre tenía por costumbre 'premiar' a la niña después de cada violación con una dosis de heroína, y aunque la menor no quería drogarse, era obligada a hacerlo.

Durante el juicio, la madre no mostró ningún tipo de arrepentimiento y se declaró culpable. El juez que instruía el caso afirmó que era el peor delito al que se había enfrentado.

Los hechos se descubrieron en junio de 2014, cuando la pequeña se fue a vivir con su padre, al que confesó todo lo que había sufrido.

Shandell Willingham, el hombre que distribuía la droga, también será juzgado y se enfrentará a cargos por violación, imposición sexual bruta y trata de personas.