El cirujano Ali Darwish se ha convertido en el último trabajador sanitario que fallece en Siria mientras desempeñaba su labor, después de que su hospital fuera objetivo de un supuesto ataque con gas cloro.

Su colega, el doctor Abdalá Darwish, trabajaba en el centro sanitario de la localidad de Kafr Zita, en el norte de la provincia de Hama, cuando le avisaron de que se había producido un ataque con gas cloro en Al Latmane, a unos 5 kilómetros.

En Kafr Zita atendieron a los afectados por al ataque en Al Latmane, entre ellos el médico Ali Darwish, quien perdió la vida mientras era trasladado a la frontera con Turquía para ser tratado en otro centro, tras haber inhalado un gran cantidad de gas cloro.

Aparte del facultativo, también pereció otro paciente del Hospital Quirúrgico de Al Latmane.

El centro atacado se ubica en un local en el bajo de un edificio, lo que facilitó que el gas penetrara en sus instalaciones: "El gas cloro normalmente permanece en las plantas bajas, por ello hay que subir para protegerse de él", detalló Darwish.

Casi toda su plantilla, unas 32 personas, resultó afectada con síntomas de asfixia por el bombardeo, además de algunos de los pacientes. "Tuvimos que quitarles la ropa, porque estaba impregnada de gas, y la tiramos fuera del hospital", subrayó.

El médico precisó que el gas cloro desprende un olor característico y que los afectados presentan síntomas como náuseas, dificultad para respirar, rojez en los ojos y, en algunos casos, espuma en la boca.

Tras el ataque, el Hospital Quirúrgico de Al Latmane ha quedado fuera de servicio y se calcula que por lo menos tardará un mes en volver a funcionar.