Levantan sus manos al cielo y hacen señales de victoria: así celebran los soldados que acaban de ganar la guerra a Daesh en la frontera con Siria, los últimos territorios en suelo iraquí donde resistía el grupo terrorista. Las fuerzas iraquíes ya habían recuperado Rawa, la última ciudad que quedaba bajo el control de los yihadistas, cerca de la frontera con Siria. Mosul, la capital del grupo terrorista en Irak, cayó tras nueve meses de sitio, y su capital siria, Raqqa, cayó en septiembre.

Según la coalición internacional liderada por Estados Unidos, Daesh ha perdido en Siria e Irak un 95% de los territorios que llegaron a controlar a mediados de 2014 cuando autoproclamó su califato. En estos tres años de guerra ha dejado tras de sí más de 100.000 muertos. La pregunta ahora es qué pasará con los combatientes extranjeros que se unieron a Daesh para luchar en Siria e Irak

Los expertos aseguran que el grupo terrorista contaría aún con 3.000 efectivos en ambos países y podría hacer mucho daño a través de sus células dormidas, grupos con capacidad para actuar en solitario y en cualquier momento. El califato de Daesh desaparece, pero no así su batalla en las redes sociales ni tampoco el armamento que podrían tener escondido en el desierto. Las fuerzas que luchan contra este grupo terrorista en Siria e Irak se preparan ahora para una nueva fase de guerra de guerrillas, una táctica que ya han aplicado en otras zonas.