Manifestaciones en Francia, Reino Unido y Estados Unidos por el burkini. La decisión del gobierno de Hollande de suspender la prohibición de uso en las playas no acalla la polémica. Los alcaldes galos ya han dicho que seguirán prohibiéndolo y asociaciones de mujeres musulmanas tratan de explicar que su uso defiende la libertad.

Muestran su rechazo a la prohibición del burkini ante la embajada francesa en Londres y exigen que termine el racismo, pero sobre todo están molestas por la utilización política del burkini.

Una de las mujeres presentes afirma que ha venido para mostrar apoyo a las mujeres que se ven obligadas a usar lo que no quieren usar, a actuar como ellas no quieren hacerlo.

Para ellas es otro claro ejemplo de opresión. Una idea que comparte la ONG Amnistia Internacional que en un duro comunicado avisa que hay que acabar con los ataques a la libertad de expresión y religiosa de las mujeres. La imagen de dos gendarmes, apostados frente a una mujer, obligándola a deshacerse, ante la vista de todos, de su burkini o cuando la propia policía sacó del agua a una mujer para multarla han dado la vuelta al mundo.

Desde Australia, la artífice del controvertido diseño, se defiende y dice que es solo un traje de baño, ideado en principio para la mujer y las niñas musulmanas pero no con el concepto de opresión si no todo lo contrario. "Se trata de un traje de baño que representa la libertad, el sol, el surf y hasta la felicidad en familia", ha manifestado Aheda Zanetti, diseñadora del burkini.

Pero no todos ven esta prenda una oportunidad a pesar de la la decisión del consejo de estado francés, varios alcaldes han decidido mantener su veto.