En Marruecos, abortar es ilegal. Y aún así, cada día, unas 700 mujeres abortan de forma clandestina. En aguas internacionales puedan abortar todas las marroquíes que así lo quieran, gracias a un mujer. Se llama Rebecca Gompers y cada vez que se acerca a un puerto, como ahora al de Rabat, la adrenalina se dispara.

Algunos intentan evitar, soga en mano, que llegue a tierra como pasó en Valencia hace cuatro años. Otros la llaman hasta nazi como en Polonia en 2003.  Aunque Rebecca -la activista según unos, asesina según otros- sabe que hay que hacerles una reverencia y ponerse a trabajar.

Ahora su asociación 'Women on Waves' está a punto de llegar a un puerto de Marruecos cerrado y defendido por navíos de guerra. Allí intentarán luchar para que cada día, entre 600 y 800 mujeres, no se jueguen la vida abortando clandestinamente. El Gobierno marroquí hace la vista gorda a las mujeres de familia adinerada, el resto tiene su esperanza depostida en este barco.