Cristianos homosexuales y transexuales que están presentes en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia, donde cuentan con un "refugio del peregrino LGBT" han reclamado que la Iglesia católica escuche el Evangelio y abra sus puertas a los creyentes de toda orientación sexual.

En una ciudad llena de cientos de miles de fieles llegados de todo el mundo, en las calles del antiguo barrio judío de la ciudad para encontrar el café que durante los días de la JMJ hace de punto de encuentro para los LGTB cristianos y católicos en particular. "Hemos habilitado este lugar para que la gente joven LGTB pueda encontrarse y sentirse aceptada, hablar de su fe, de su visión del mundo, de su orientación sexual y rezar", explica una de las responsables de la asociación cristiana polaca 'Fe y Arco Iris', Artur Barbara Kapturkiewicz.

Hasta el lugar llegan decenas de peregrinos y jóvenes cristianos que buscan encontrar aceptación y consuelo ante los prejuicios, asegura Kapturkiewciz mientras unos jóvenes mantienen un encuentro en una habitación contigua en la que intercambian sus experiencias sobre religión y sexualidad. El activista gay, católico y director de cine Brendan Fay, cree que es hora de que la Iglesia católica acepte a los fieles independientemente de su orientación sexual. "Ganaríamos una Iglesia abierta a la que regresar".

"El Evangelio habla de aceptar a todo el mundo. Hay que terminar con estos prejuicios, cada iglesia debe abrir sus puertas y dar la bienvenida a todo el mundo", recuerda. Además, reconoce que espera ese día en el que todas las parejas, sin importar su orientación, puedan entrar en un templo católico y "recibir las mismas bendiciones". La iniciativa no cuenta con el apoyo de la Iglesia católica ni está enmarcada en la agenda oficial de la JMJ de Cracovia, aunque Kapturkiewicz asegura que no les han "puesto problemas" para que abran su "refugio para el peregrino LGTB".

"Muchos LGTB que quieren continuar su vida católica se sienten cómodos con nosotros porque nadie se preocupa por su orientación y son totalmente aceptados. Estar en nuestra Iglesia es como aterrizar en un planeta donde es considerado normal ser LGTB, yo mismo soy obispo y también soy homosexual", subraya el obispo de la Iglesia Ecuménica Católica de la Comunión Francis Krebs. Por suy parte, Kapturkiewciz defiende la necesidad de atender a los católicos LGTB al recordar que muchos estudios revelan que al menos un 5% de la población tiene esas orientaciones sexuales.