A sus 5 años Lara se encuentra en medio de una batalla, la que mantienen los padres con la Xunta por lo que consideran un paso atrás en materia educativa. Su madre se queja porque "tenemos pocos profesores y pocos niños, ahora nos quitan un profesor y para nosostros es demasiado".

Este curso Lara se estrena en el cole e irá en clase de Santi, que tiene 7 años. Distintos niveles educativos en una misma aula y sin un profesor de infantil para ella. Marcial Bernedo, director del CPI Cervantes explica que "va a haber un profesor para alumnos de cinco niveles distintos".

La Xunta achaca sus decisiones a la baja natalidad. Ha cerrado 22 escuelas rurales, y las que mantiene abiertas sobreviven a base reducir docentes y aunar en una clase a niños con distintas edades.

Luis Alonso, teniente alcalde de Cervantes explica que "consideramos que tendría que ser una zona especial en materia educativa y no aplicar los mismo baremos que se aplican en otras zonas".

Ana Belén Alonso, presidenta de la Asociación de Padres y Madres se pregunta "cómo pretenden fomentar el rural si no tienen colegio".

Hasta el defensor del pueblo en Galicia entiende que aquí no se garantiza una educación de calidad. Él éxodo hacia las ciudades parece casi obligado y el abandono del rural no sólo dejaría atrás historia, también mucha vida.

En Cervantes, Lugo, los padres protestan vistiéndose de 'castrexos' por el desmantelamiento progresivo que sufre el rural que, según ellos, los hace retroceder a otra época. Piden discriminación positiva para el rural para ayudar regenerar los pueblos y hacer más fácil y atractivo vivir en los pueblos

En el Colegio Público Integrado de Cervantes hay 21 niños de entre 3 y 11 años repartidos en dos clases, con dos profesores. Ningún docente con la especialidad de infantil.

Desde la Xunta se apela a la caída de la natalidad "que está redundando en una menor entrada de niños en el sistema educativo cada año".

La Plataforma por la 'Defensa da Montaña e do Rural', llegará el 7 de septiembre a Fisterra tras recorrer el Camino de Santiago en señal de protesta por el abandono que, según ellos, la Xunta practica en el rural.