El currículum ciego es la medida que ultima el Gobierno para luchar contra la discriminación de género en el trabajo, es decir, se busca una ausencia de datos para que no se identifique el género del candidato.

A primera vista, la medida no convence a los sindicatos, ya que como explica Fernando Morillo, de UGT, "para superar la desigualdad y la contratación hay que dar otros pasos antes".

Profundizando en la idea, una plantilla estándar de un currículum estaría compuesta por datos personales acompañados de una foto, además de la trayectoria académica y profesional. La propuesta del Gobierno es convertirlo en un currículum ciego, o lo que es lo mismo, la desaparición de la fotografía, el nombre, los apellidos y el sexo del candidato.

Sin embargo, el principal problema que ven las empresas es que al final se ve a la persona en la entrevista personal. "Si el entrevistador mantiene sus prejuicios, al final los sacará", explica Francisco Galan, socio Director Human & Partners.

La alternativa que proponen es que el candidato pruebe unos días en el puesto solicitado. Según las asociaciones de mujeres, las entrevistas no son iguales para hombres y mujeres. Además, en otros países como Holanda y Reino Unido, se borra incluso el centro de estudios del aspirante y el país de origen.