Es un experimento
pionero en toda Europa, una renta básica de 560 euros al mes que el Gobierno de
Finlandia va a pagar a 2.000 ciudadanos durante los próximos dos años, estén o
no en el paro.
"Hay que poner en marcha nuevas herramientas
para garantizar la integración social", señala José Moisés, de Economistas
frente a la crisis.
La nueva revolución
tecnológica va a dejar fuera del mercado laboral a un porcentaje de trabajadores
que necesitará la ayuda del Estado para sobrevivir en una economía de consumo. "Esa
gente va a poder consumir más y va a aumentar el empleo", apunta Rafael
Pampillón, de IE Business School.
La idea de implantar una
renta básica universal planea sobre Europa desde hace años. Suiza votó no en un
referéndum en el mes de junio. Podemos propuso en 2015 una renta garantizada de
600 euros mensuales para quienes no tiene ingresos. Pero ¿España se lo puede
permitir?
"Pude ser trasladable al sistema español si cuenta con el suficiente conseso político para ponerse en marcha", afirma Moisés. Por su parte, Pampillón explica que "habría que aumentar los impuestos o reducir otro tipo de gasto público".
Los detractores temen
que no incentive la búsqueda de empleo, pero el salario medio en el país
nórdico es de 3.600 euros al mes. "Finlandia nos parece un paraíso pero los
impuestos son mucho más altos", asegura Katia Westerdahl, directora de la
Revista Olé.
Según algunos expertos,
el debate llegará a los países del sur de Europa en menos de una década.
Esperan los resultados de Finlandia para dar el paso.