Así se desprende del
último informe sobre el sistema de pensiones publicado por el organismo
internacional, en el que se incluye un apartado específico sobre España, y
donde señala que, a pesar de la "importante" reforma del sistema
realizada en 2013, existen aún enormes limitaciones, como la edad media de
salida del mercado laboral, que se estancó en 2013, o la falta de incentivos
para prolongar la vida laboral tras la jubilación.
En concreto, en los
próximos 32 años, cuando la generación nacida en la década de los noventa esté
próxima a la jubilación, observará cómo 77,5 de cada 100 habitantes serán
pensionistas, frente al 30,6% de 2015 o el 19% de hace 40 años. Esta ratio solo
será superada "ligeramente" por Japón, que en 2050 contará con 77,8
personas mayores de 65 años por cada 100 habitantes.
En ambos casos, se
situarán muy por encima de la media de la OCDE, donde el 53,2% de la población
tendrá más de 65 años en 2050, o del conjunto de la Unión Europea que, según
cálculos del organismo, se situará en el 56%, en detrimento del 44% restante que
tendrá entre 20 y 64 años.
De igual modo, la
institución presidida por el mexicano Angel Gurría asevera que la tasa de
sustitución neta --pensión que se recibe como porcentaje del último salario
percibido-- o 'generosidad' de las pensiones en España es demasiado alto, ya
que se sitúa en el 82%, frente al 63% de la media de los países del 'club
industrializado'.
"El envejecimiento
de la población, que se acelerará a un ritmo muy rápido en España, presiona
sobre la sostenibilidad financiera y la adecuación de los ingresos de los
sistemas de pensiones", asevera la organización que agrupa a 35 países de
todo el mundo.
En este sentido, la OCDE
apunta al factor de sostenibilidad que entrará en vigor en 2019 y que vinculará
la pensión inicial de los jubilados a la esperanza de vida desde los 67 años en
el momento de jubilarse, así como al índice de revalorización, que se aplica
desde 2014, para ayudar a equilibrar las finanzas de las pensiones en el corto
plazo.
Así, la OCDE señala que
el sistema de pensiones concederá tasas de sustitución relativamente altas para
los trabajadores con una carrera completa, especialmente para los asalariados
con ingresos medios y altos, a pesar de la introducción del factor de sostenibilidad.
De igual modo, subraya
que la edad legal de jubilación, actualmente establecida en 65,3 años,
aumentará gradualmente hasta situarse en los 67 años en 2027. Sin embargo, a
partir de ese año, las personas que hayan contribuido durante al menos 38,5
años (en contra de los 36,5 años requeridos actualmente) podrán jubilarse a los
65 años y contar con la pensión completa.
En este orden de cosas,
la OCDE sostiene que, a pesar del rápido envejecimiento que se producirá en la
población española, la edad media de jubilación se situará por debajo de la
proyectada para la OCDE en 2027 (65,8 años para hombres y 65,5 años para
mujeres) y sustancialmente por debajo de la estimada en países como Dinamarca
(74 años) o Italia (71 años).