Los carteles no dan ni quitan votos, pero indican que estamos en periodo electoral. "Ese impacto visual hace que la gente se predisponga en esa semana a sentir interiormente que estamos en campaña", asegura Jorge Santiago, director del Máster en Comunicación Política de la UCJC.

El pasado diciembre, los cuatro grandes partidos se gastaron 5.900.000 de euros en decorar las calles para llamar la atención de los votantes. Una publicidad que en junio no tendremos. "Vamos a unas elecciones con los mismos candidatos, con las mismas listas electorales, casi en un 90% y con los programas que se van a modificar mínimamente. Por lo tanto, exclusivamente en estas elecciones, tiene poco sentido", explica José Manuel Sánchez, profesor de comunicación política.

Será una campaña atípica y austera en la que las formaciones intentarán reducir costes. Esta semana se han reunido para debatir sobre el techo de gasto y, de momento, no hay acuerdo. PP y PSOE quieren que todos los partidos reduzcan el mismo porcentaje respecto a lo gastado en la anterior campaña. Podemos y Ciudadanos, en cambio, que se fije un límite de costes.

Para la cita del 20D, los cuatro grandes partidos se gastaron más de 35.000.000 de euros. Tendrán que decidir todavía qué hacer con el buzoneo de papeletas. "Reducir en estos momentos el 'mailing' de un partido político es pedirle que dejen de entrar en determinadas casas o que lleguen a menor cantidad", señala Jorge Santiago.

Es su herramienta directa para captar el voto a domicilio y que funciona, sobre todo, en circunscripciones más pequeñas. "Si lo llevas desde casa podrías favorecer o tener una mayor autonomía e independencia a la hora de votar", explica José Manuel Sánchez. Solo el despliegue para el mismo día de las elecciones costará 130.000.000 de euros.